Las princesas tienen que casarse en su Castillo y así era el sueño de Encarna. Si además oficia la ceremonia tu hermano y suena una zanfoña sabes que estás en casa.
La música fue un imprescindible en la boda, porque para nuestro novio melómano cada momento tenía su banda sonora y él quería recordarlo así.
Orense es un lugar mágico para organizar bodas en Galicia y la de Encarna y Rogelio la recordaremos siempre como única e irrepetible. (Fotografía: Myriam Beneyto)